Gabrielle Bezerra Sales Sarlet, en coautoría con Fábio de Holanda Monteiro, ha publicado el artículo «Inteligencia artificial y depresión: Un nuevo escenario y camino hacia la efectividad del derecho humano y fundamental a la salud mental», en Revista de Derecho Constitucional Europeo, Año 22, número 43, enero-junio, 2025.
Puede consultarse el artículo completo, aquí.
Resumen: Los trastornos mentales, que incluyen un amplio espectro de condiciones que van desde los problemas emocionales hasta los problemas cognitivos y de comportamiento, están afectando a una proporción cada vez mayor de la población mundial. De hecho, se estima que en el año 2019, alrededor de mil millones de personas en todo el mundo se vieron afectadas por estos problemas de salud mental. La depresión, reconocida como uno de los trastornos mentales más prevalentes, se identifica como la causa principal de la enfermedad en más de 300 millones de individuos a nivel global, con Brasil ocupando el primer lugar en América Latina y el segundo a nivel continental. La depresión se erige como una de las principales causas de incapacidad, distanciamiento del ámbito laboral y de la vida familiar y social. En contraste con las patologías físicas, que disponen de exámenes, pruebas y otros medios objetivos para su diagnóstico, los trastornos mentales carecen de una etiología conocida, ya que su origen se atribuye a la interacción de factores genéticos, psicológicos, biológicos, ambientales y sociales. El diagnóstico de estos trastornos se realiza a partir de la información proporcionada por el paciente y la experiencia del profesional de la salud. Para ello, se ha empleado el método hipotético-deductivo y la metodología bibliográfica, exploratoria y documental. El objetivo de este análisis es explorar el uso de la inteligencia artificial como herramienta auxiliar en el diagnóstico y el tratamiento de la depresión. Esta investigación se centra en la capacidad de la inteligencia artificial para mejorar la efectividad del derecho humano y fundamental a la salud mental. En conclusión, el empleo de herramientas de inteligencia artificial, en condiciones definidas, exactas y seguras, se manifiesta como una realidad prometedora para el diagnóstico, con la capacidad de proporcionar intervenciones tempranas, precisas, adecuadas y más equitativas.


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